BonÀrea encara la tercera fase de su proyecto de Épila. La construcción del nuevo centro logístico e industrial de la agroalimentaria catalana en Aragón sigue a buen ritmo y hasta la fecha, además de los operarios de las obras, ya trabajan en él 80 personas.
Las actuaciones que acometerá entre este año y los tres o cuatro siguientes pasan por la puesta en marcha de una nueva plataforma logística de 110.000 metros cuadrados, además de una nave de frutos secos (en fase final de construcción), otra de líquidos, la fábrica de pet-foods, el almacén de cereales y el de congelados, entre otros.
Tras la pandemia y la crisis de suministros, la compañía considera conveniente ampliar la capacidad de estocaje y regulación de la producción mediante nuevas naves de congelación.
Así, BonÀrea prevé una inversión para este año de unos 50 millones de euros, y de más de 160 millones entre 2024 y 2027. En total, la compañía invertirá unos 400 millones en Épila en los diez años, además de la creación de 4.000 puestos de trabajo.
El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha visitado las obras del complejo, la primera gran inversión anunciada por su gobierno en la pasada legislatura. Lambán ha asegurado que se quedó corto al identificar inicialmente este proyecto de BonÀrea en Épila como la “Opel de la agroalimentación aragonesa». A su juicio, esta iniciativa será a medio y largo plazo “el buque insignia de la agroalimentación española”.
En la nave logística ha arrancado ya el proceso de crossdocking, 22.000 metros cuadrados destinados a la actividad. Una decena de tráilers llegan a diario cargados con productos en tres temperaturas, congelado, fresco y seco, que luego son expedidos en camiones hacia las tiendas de la marca en Aragón, Navarra, La Rioja y así hasta un centenar de establecimientos de su zona de influencia.
En el centro robotizado se están montando 16 pasillos de almacenamiento de cajas automatizados (ocho para producto de temperatura ambiente y otros ocho para refrigerado). Esto supondrá más de 300.000 cajas almacenadas para ser enviadas a la preparación automática de pedidos y expedirse a las tiendas. Un sistema clasificador de alto rendimiento transportará y distribuirá las cajas a una velocidad superior a 10.000 unidades/hora.
Un complejo ecoeficiente
La empresa dará cabida a nuevas fuentes de energía, como hidrógeno (por el que Aragón está haciendo una fuerte apuesta) o biogás, que permitiría una mayor circularidad con el aprovechamiento de subproductos y residuos.
Todo el centro alimentario, y cada actividad en particular, está pensado para que tenga la máxima eficiencia energética, autosuficiencia y autoconsumo, máxima reutilización y aprovechamiento de recursos y el mínimo consumo de agua posible, con la tecnología más avanzada, para lograr un centro sostenible y eficiente.