Bilbaoport dispondrá de 50.000 metros cuadrados más dedicados a graneles sólidos en 2022, a los que se sumarán otros 300.000 metros cuadrados de nueva superficie tras la segunda fase de las obras del Espigón Central. Además, cuenta con 57 hectáreas en los dos puertos secos que gestiona, en Burgos y Álava.
Si a ello se suman las buenas comunicaciones con su hinterland, el enclave vasco es un “excelente lugar” para el desarrollo de nuevos negocios vinculados al comercio internacional de commodities. Así lo han expuesto este jueves los responsables portuarios en el XIX Encuentro Nacional de Operadores de Cereales (Enoc).
Los muelles vizcaínos mueven cerca de dos millones de toneladas de mercancía agroalimentaria al año. La mitad de este tráfico son habas de soja, seguidas de aceites y grasas, piensos y forrajes, y cereales y harinas.
La comunidad portuaria concentra un importante número de empresas con una amplia gama de productos y servicios vinculados a la logística agroalimentaria, biocombustibles y otros productos agrícolas.
Entre los operadores de este tipo de tráficos destacan las estibadoras Bergé Marítima, Consignaciones Toro y Betolaza y Servicios Logísticos Portuarios (SLP); las empresas industriales Acideka, Bunge, Depósitos Portuarios y Tepsa; y la firma SGS, que ofrece servicios de certificación.
Finalmente, cuenta con un Puesto de Inspección en Frontera (PCF), autorizado por la Comisión Europea, para el control fitosanitario a la importación de productos agroalimentarios de terceros países.