Los puertos de Barcelona y Tarragona se han adherido al Acuerdo de la Cumbre de la Calidad del Aire de Catalunya, un pacto que involucra a los municipios de más de 20.000 habitantes, diputaciones, agentes sociales y económicos, en la Tercera Cumbre de la Calidad del Aire, celebrada este viernes en Barcelona.
En la reunión han participado por primera vez representantes de los agentes sociales y económicos. Los acuerdos alcanzados conforman la hoja de ruta para la mejora de la calidad del aire y serán incorporados al nuevo Plan de Mejora de la Calidad del Aire de Catalunya.
Entre otras cosas, los dos enclaves se han comprometido a reducir al menos un 10% las emisiones de NOx y PM en 2025, tomando como referencia 2019, de igual forma que lo han hecho el resto de las administraciones y organizaciones que han suscrito el acuerdo.
Para la traslación práctica de estos compromisos marco se trabaja en siete ámbitos de acción, uno de los cuales implica directamente a los puertos. El documento recoge una serie de compromisos que tanto Barcelona como Tarragona asumen como propios y en los que trabajan desde hace años.
Entre estos, garantizar que el 100% de la energía eléctrica provenga de fuentes renovables e impulsar la electrificación de las instalaciones; adoptar medidas técnicas y de operación a fin de que los vehículos (barcos, embarcaciones y aviones) reduzcan las emisiones de contaminantes atmosféricos; y promover entre las empresas portuarias y los usuarios los nuevos combustibles alternativos para la movilidad de las mercancías y pasaje basados en hidrógeno, biocombustibles y combustibles sintéticos, entre otras cosas.
Impulso al ferrocarril y electrificación de muelles
En el caso de Port Tarragona, durante 2023, pondrá en funcionamiento la nueva terminal intermodal Port Centre y optimizará la terminal intermodal de la Boella, favoreciendo el transporte ferroviario de mercancías. Port de Barcelona trabaja con el objetivo de tener electrificados todos los puntos de atraque de los cruceros, de los portacontenedores y de los ferris en 2030.
“En Port de Barcelona somos plenamente conscientes de lo que nos jugamos y por eso hace mucho tiempo que trabajamos en la mejora ambiental: nos hemos convertido en un agente de cambio para la descarbonización del sector marítimo, portuario y logístico”, ha enfatizado su presidente. Damià Calvet ha puesto en valor el hecho de que el recinto barcelonés aporte el 2% del PIB de Catalunya y la operativa portuaria solo genere el 0,7% de las emisiones de CO2.
“Generamos más riqueza que emisiones, pero sabemos que no es suficiente y por eso ahora empezamos un nuevo ciclo de inversiones ecoeficientes que nos permitirá reducir en un 50% las emisiones de CO2 de la operativa portuaria hasta el 2030 y devenir un puerto neutro en carbono antes de 2050”, ha añadido Calvet.
Por su parte, el presidente de Port Tarragona, Josep Maria Cruset, ha asegurado que “hoy el desarrollo económico no se puede entender ni desvincular del respeto por el entorno natural y la lucha contra el cambio climático”. Además, ha añadido que “Port Tarragona ha hecho suyos los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU y desde 2020 ha pasado a la acción con la implementación de un Plan de Sostenibilidad con 25 objetivos prácticos y más de 80 acciones con el objetivo de reducir un 99% las emisiones de CO2 de la autoridad portuaria”.
