Cepsa y Grupo Iberia han sumado sus fuerzas en la carrera por descarbonizar el sector aéreo a través del desarrollo de combustibles de origen sostenible y otras alternativas energéticas, como el hidrógeno renovable y la electricidad. El objetivo es fomentar la movilidad sostenible de aviones y de la flota de vehículos que les prestan servicios en aeropuertos.
Los presidentes de Iberia e Iberia Express y el consejero delegado de Cepsa han firmado el acuerdo para el desarrollo de los combustibles de origen sostenible (SAF), una prioridad para continuar avanzando hacia una industria cada vez más baja en carbono y contribuir así a la consecución de la Agenda 2030, según han señalado en un comunicado conjunto.
Con este acuerdo, la aerolínea se asegura el acceso preferencial a un combustible escaso (el biojet) y una ventaja competitiva tanto para clientes como para inversores (gracias a mejores calificaciones en índices de sostenibilidad).
Según el presidente de Iberia, Javier Sánchez-Prieto, “para la descarbonización del sector aéreo es imprescindible el desarrollo, producción y distribución de los combustibles de origen sostenible a precios asequibles y en cantidad suficiente para abastecer a las aerolíneas. Confiamos en que este acuerdo con Cepsa contribuya a ese objetivo”.
La compañía energética cuenta con una amplia experiencia en este ámbito, de más de 10 años produciendo biocombustibles. “Como referente en el suministro de combustibles para el sector aéreo, compartimos con Iberia el objetivo común de impulsar la descarbonización del transporte como herramienta de lucha contra el cambio climático”, ha señalado Maarten Wetselaar, su consejero delegado.
Combustibles sostenibles
Los biocombustibles para la aviación tienen un papel clave en la descarbonización del turismo y del transporte aéreo. En comparación con el combustible convencional, el SAF puede reducir las emisiones del sector hasta en un 80% respecto al queroseno convencional, durante todo su ciclo de vida, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo.
Además, aportan otros beneficios, como el impulso a la economía circular, la independencia energética (y la seguridad de suministro), asegura el mantenimiento de un importante motor de la economía española (200.000 empleos) y puede utilizarse de manera inmediata sin necesidad de renovar la flota, aprovechando las infraestructuras de suministro actuales.