El cierre de los túneles alpinos que unen Italia con sus vecinos del norte podría costar a los compañías ferroviarias italianas unos 140 millones de euros. Desde agosto, el país se enfrenta a graves perturbaciones en sus conexiones de transporte bajo los Alpes debido al mal tiempo y a los necesarios trabajos de mantenimiento, lo que pone en riesgo sus exportaciones.
El túnel de carretera del Mont Blanc entre Francia e Italia debía cerrarse por mantenimiento en septiembre, pero las obras se han pospuesto un año. Otros cruces ferroviarios y de carreteras clave, como los túneles de Brennero y Frejus, que enlazan con Austria y Francia respectivamente, se han cerrado total o parcialmente por deslizamientos de tierra. No se espera que Frejus vuelva a abrir antes de finales de 2024, mientras que el San Gottardo podría volver a su plena capacidad no antes del próximo verano.
Alrededor del 30% de las mercancías del sector logístico italiano que pasan por los pasos alpinos hacia Francia, Austria y Suiza viajan por ferrocarril.
El impacto directo de los cierres costará a las operadoras ferroviarias italianas que mueven carga a través de los túneles de Frejus y San Gottardo, entre ellos Mercitalia, DB Cargo Italia y Captrain Italia, un total de 50 millones de euros al año debido a la caída de los ingresos y costes adicionales. Sin embargo, el impacto total podría ascender a 141 millones de euros a largo plazo si se tiene en cuenta factores como la pérdida de clientes que podrían pasar al transporte por carretera.
“Cuando los clientes se ven obligados a cambiar a camiones durante 18 meses, es difícil recuperarlos”, ha asegurado el director ejecutivo de Captrain Italia, Mauro Pessano, en unas jornadas celebradas en la Universidad de Milán el pasado jueves.